El consumidor español lleva décadas comprando las patatas por su apariencia, con una forma regular y una piel clara y limpia. Por eso el sector no puede seguir peleando para convencer al consumidor de que una patata poco atractiva visualmente puede tener un gran valor culinario.
Así lo subraya el director de Interagro de Patatas, Cosme Catalán, para quien la actitud del comprador ante los lineales y los estudios de mercado realizados “demuestran que se trata de una batalla perdida, ya que la patata que se lleva al hogar es la que tiene una apariencia determinada”. Es algo que no va a cambiar.
Por eso Catalán aboga por especializarse y obtener “esa patata de extraordinaria calidad, tanto visual como gastronómica, que demanda el consumidor”. “Para eso es imprescindible profesionalizarse, elegir bien el suelo y la variedad, acertar con la fertilización, escalonar tanto las siembras como los arranques”, subraya.
De lo contrario, se obtendrá una patata de calidad inferior que tendrá otros destinos y que valdrá menos.
“Es un nuevo escenario en el que ya no vale todo y hay que ajustar al máximo todas las clavijas que nos lleven a la patata de calidad”, remacha Catalán.
Comentarios recientes