El tiempo ha cumplido su amenaza y las lluvias han llegado puntuales, el 20 de octubre, a la península.

En previsión de ello, los productores de patata de las zonas de Salamanca, Zamora y Valladolid aceleraron los trabajos de recogida y gracias a ello se ha arrancado la mayor parte de la producción.

Además, lo que queda por arrancar corresponde a suelos ligeros y no habrá problema en recogerlo pese al agua caída, señala Cosme Catalán, de Interagro de Patatas.

Con carácter general los rendimientos están siendo un 15-20% inferiores a los del año pasado, aunque este año no supone una tragedia, dado el descenso registrado por el consumo.

Además, la calidad de la patata es buena y no presenta problemas sanitarios.

En cuanto a los precios, se está trabajando con lo que marcan las importaciones llegadas desde Francia y Holanda, a entre 15 y 18 céntimos el kilo, más otros seis por el transporte. “La patata llega a precios competitivos y con una calidad equivalente a la que se da aquí, así que hay que aceptarlo; somos parte de la Unión Europea y en otras épocas del año somos nosotros quienes llevamos patata hasta sus países”, recalca Catalán.